20.12.17

Deudas de sangre dinosaurianas


De sobra es conocido que todo avance tiene también sus lagunas o sus pequeños peajes a pagar. La aparición de distintos tipos de plumas en los dinosaurios les permitió una mayor versatilidad en sus diversos modos de vida. Desde una más eficiente termorregulación, incubación e incluso identificación específica y/o sexual hasta, como sucedió más tardíamente, el reinado en el medio aéreo. No obstante estos nuevos trajes tenían que pasar alguna factura y esa parece ser que procede de unos pequeños artrópodos con bastante mala fama como son las garrapatas. Aunque de manera indirecta, un estudio muy reciente publicado en la revista científica Nature Communications describe una serie de nuevas formas de garrapatas cretácicas que pudieron tener una estrecha relación con algunos grupos de dinosaurios emplumados. Y sí, esta estrecha relación no parece que fuese beneficiosa para alguno de estos «lagartos terribles» con plumas. De lo expuesto en el trabajo es muy probable que estos pequeños seres tuvieran una cierta afección por la sangre de algunos de los dinosaurios que vivieron en lo que actualmente es Birmania hace unos 99 millones de años.

Algo más sabemos de las relaciones de los dinosaurios con su ambiente y con el resto de agentes que conformaban los mismos: una deuda de sangre a cambio de la posesión de plumas. El resumen del trabajo es el siguiente:


Ticks are currently among the most prevalent blood-feeding ectoparasites, but their feeding habits and hosts in deep time have long remained speculative. Here, we report direct and indirect evidence in 99 million-year-old Cretaceous amber showing that hard ticks and ticks of the extinct new family Deinocrotonidae fed on blood from feathered dinosaurs, non-avialan or avialan excluding crown-group birds. A †
Cornupalpatum burmanicum hard tick is entangled in a pennaceous feather. Two deinocrotonids described as †Deinocroton draculi gen. et sp. nov. have specialised setae from dermestid beetle larvae (hastisetae) attached to their bodies, likely indicating cohabitation in a feathered dinosaur nest. A third conspecific specimen is blood-engorged, its anatomical features suggesting that deinocrotonids fed rapidly to engorgement and had multiple gonotrophic cycles. These findings provide insight into early tick evolution and ecology, and shed light on poorly known arthropod–vertebrate interactions and potential disease transmission during the Mesozoic.

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Más información:
  • Referencia: Enrique Peñalver, Antonio Arillo, Xavier Delclòs, David Peris, David A. Grimaldi, Scott R. Anderson, Paul C. Nascimbene & Ricardo Pérez-de la Fuente (2017): Parasitised feathered dinosaurs as revealed by Cretaceous amber assemblages. Nature Communications 8: 1924. DOI: 0.1038/s41467-017-01550-z.
  • Imagen tomada de Science Magazine.

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